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- Última actualización: Domingo, 07 Junio 2015 10:53
- Escrito por José Jaime Ramírez Orozco
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Guadalajara, Jalisco - México - 1995
Durante los días 23, 24 y 25 de noviembre de 1995, la Federación Internacional de Antiguos Alumnos del INAP de España, conjuntamente con la Asociación Mexicana de Egresados del INAP de España, organizaron y llevaron a cabo, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, el VII Congreso Internacional, cuyo tema central fue el de "La Función Pública Iberoamericana en los Albores del siglo XXI".
A lo largo de estos tres días de trabajo se abordó, desde diferentes ópticas, la problemática de los recursos humanos en las Administraciones Públicas de Iberoamérica; una mecánica de trabajo altamente participativa, contextualizada y enriquecida con Conferencias Magistrales de especialistas en la materia, o que permitió a los lservidores públicos presentes dar cuenta de este factor estratégico para la modernización y el desarrollo de los Estados-Nación.
El alcance de las reflexiones y los debates generados, en un marco de madurez y respeto, se extendió, tanto al diagnóstico como a sendas propuestas; a saber:
Diagnóstico Dos fueron los puntos de partida, en torno a los cuales se desarrollaron las discusiones:
- Se diferenció claramente la realidad funcional de España, del resto del subcontinente latinoamericano; y
- Se partió de la premisa de la Organización de Naciones Unidas, la cual reconoce que ninguna organización puede ser superior a los hombres y mujeres que la personifican.
Bajo esta perspectiva, tanto el análisis de la situación actual que caracteriza al servicio público, como las propuestas que pretenden modificarla, se circunscriben a la realidad de América Latina.
En este sentido, las características esenciales que signan a la Función Pública de nuestros países son las siguientes:
- Falta de correspondencia entre las transformaciones a nivel planetario, tales como la globalización, la democratización, la revalorización de los derechos humanos, con la realidad organizacional y funcionarial del sector público vigente.
- Ausencia de una verdadera política de personal en las Administraciones Públicas.
- Inexistencia de una concepción clara de función pública, así como de vocación de servicio.
- Jerarquización de las relaciones personales y del factor político, sobre los atributos impersonales de la masa crítica humana,
- Discrecionalidad en el proceso de selección, designación, promoción y remoción de los servidores públicos.
- Ausencia de institutos o escuelas de formación y especialización que garanticen la necesaria rigurosidad académica que demandan los nuevos tiempos.
- Falta de profesionalismo en el “Arte de Gobernar”, cuyo corolario es el dominio del Spoils System o sistema de despojo.
- Inestabilidad formal y fáctica de los funcionarios públicos.
- Elevados índices de rotación del personal al servicio del Estado.
- Pésimo sistema de retribuciones y prestaciones sociales.
- Mediocridad, anquilosamiento y falta de creatividad.
- Excesiva centralización; o, lo que es lo mismo, las decisiones se concentran y se toman lejos de los problemas y de la realidad.
- Corrupción y ausencia de normas éticas de comportamiento.
- Ausencia de sistemas eficientes de control y evaluación.
- Enfoque orientado a la tarea, carente de una visión estratégica y totalizadora orientada al servicio.
- Imagen y autoimagen de los servidores públicos por demás negativa.
Alternativas de Políticas Públicas
- Ajustar la realidad organizacional y funcionarial a las cambiantes condiciones del entorno internacional.
- Jerarquizar los departamentos de personal de las administraciones públicas, convirtiéndolos en “islas de excelencia” e incorporando a “tanques pensantes”.
- Trabajar en la generación de principios de identidad, espíritu de cuerpo, y la revalorización de la mística del servicio público.
- Propiciar la neutralidad política de los funcionarios públicos.
- Establecer el Servicio Civil de Carrera; o, en su defecto, modernizar los ya existentes, lo que implica aspirar a la institucionalización del Merit System o sistema de méritos.
- Diseñar e implementar sistemas de control y de evaluación de gestión de los recursos humanos la servicio del Estado.
- Flexibilizar los sistemas de función pública y desconcentrar la gestión de los recursos humanos.
- Reconocer y premiar la capacidad, productividad, resultados y creatividad de los funcionarios públicos.
- Depurar a las Administraciones Públicas de aquellos elementos nocivos, mediocres y corruptos.
- Retener a aquellos funcionarios públicos más cualificados.
- Mejorar el sistema de prestaciones sociales, buscando, al mismo tiempo, garantizar un salario digno y remunerador.
- Invertir en la formación, especialización y actualización permanente de los funcionarios públicos, a partir de institutos o escuelas que se apoyen en las universidades.
- El servidor público debería ajustar su accionar a un riguroso Código de Deontología Funcionarial; buscándose lograr el compromiso y la responsabilidad social de los funcionarios públicos.
- Desarrollar la comunicación interna y la participación de los propios trabajadores al servicio del Estado; y, al mismo tiempo, estimular la reingeniería de sistemas para optimizar los procesos administrativos.
- Establecer sistemas integrados de información que posibiliten el desarrollo de procesos de planeación estratégica y la racionalización en el proceso de toma de decisiones.
- Se sugiere poner en marcha un batería de medidas que coadyuven a mejorar la imagen y la autoimagen de los servidores públicos; apertura de las administraciones públicas a la sociedad, orientando los servicios públicos al ciudadano-cliente, y, en general, al bienestar general de la población, y la motivación permanente de las personas que laboran para la administración pública.